La angustia durante el día parece que disminuye. No me dan demasiadas ganas de fumar pero de vez en cuando tengo la sensación de que debo fumar un cigarro. Me estoy dando cuenta de que la sensación física de hacerlo es mucho menor que la sicológica, ya que cuando tengo esa sensación de tener que fumar, la mayoría de las veces es en situaciones concretas como por ejemplo cuando estoy tomando el café o charlando con algún amigo.